viernes, 9 de enero de 2015

HACIA UNA HIPOTESIS BIOGENICA EN TITAN

A excepción de la Tierra, por ahora sólo conocemos un mundo en el que podríamos navegar. Un mundo que también tiene mares, lagos, ríos y lluvia como el nuestro, pero compuestos por metano en vez de agua. Hablamos, claro está, de Titán, la mayor luna de Saturno. Desde que 2006 se confirmó la presencia de lagos de metano en este satélite, quedó patente que la mayoría de ellos estaban situados cerca del polo norte y con una química propia que se ha desarrollado dada sus bajas temperaturas. Del mismo modo, también se ha elucubrado en torno al ambiente extremo que se consolida en torno a Titan. Nosotros también nos hemos atrevido a lanzar una Hipótesis biogénica en torno a las formas fisicoquimicas que pueden actuar en aquel ambiente. Podemos proponer la tesis por la existencia de pequeños y susceptibles reservorios de agua  por debajo de la teórica corteza de un permafrost de nitrógeno y metano bajo la litosfera de titan, que con el pasar del tiempo y los teóricos movimientos geotectonicos la abundancia de material orgánico se fue trasladando, de alguna manera, a la superficie, creando un ciclo de hidrocarburos superior, donde, incluso a lo mejor la vida extrema ha logrado dar el salto y cambiar el uso del agua como líquido intracelular por metano a temperaturas extremas.



Región de los mares de Metano en el Polo Norte de Titan. NASA/JPL


Así, el cambio atmosférico de Titán podría ser similar a la aparición de oxígeno en nuestro planeta. El oxígeno es un residuo metabólico de las plantas en nuestro planeta. Quizás en Titán ha ocurrido lo contrario. Las “plantas” de titán (quizás baterianas solamente) expulsan hidrocarburos fuera de la célula y guardan algún tipo de oxidante en su interior, de forma que al juntar el metano con el oxidante celular diera lugar a la energía química metabólica.
Quizás las bajas temperaturas favorezcan esa ruta alternativa de operar al contrario que en la tierra. O sea una alternativa evolutiva, en tanto si el entorno acumula una de las dos partes (el combustible o el oxidante), la célula solo necesita almacenar el otro. Los dos en el ambiente supondría la destrucción de ambos compuestos de forma poco útil para las bacterias y almacenar los dos es más complejo e ineficiente.
Es probable que en esos reservorios a baja temperatura subterráneos, hielos de agua y amoniaco se derriten y las bacterias han transformado en metano. Metano que si se acumula en la corteza exterior se puede congelar y geológicamente transportar hacia la zona superficial, donde se vuelve líquido generando el ciclo atmosférico que se evidencia con los datos enviados por Cassini.
Bueno todo lo anterior constituye un esbozo teorico sin prueba alguna, pero constituye un modelo digno de ser contrastado a traves de medios computacionales. 

Fuentes:

http://arxiv.org/pdf/1407.1791v1.pdf
http://www.lpl.arizona.edu/~rlorenz/Throat.pdf

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