La Antártida y sus paisajes ofrecen temas para nunca acabar. Y no es para nada exagerado, ya que cada vez que nos encontramos con noticias acerca del continente blanco, nuestra respiración se pasma y toda nuestra sorpresa enmarca nuestro rostro.
Y es que hoy quiero hablar acerca de los valles secos de la región de McMurdo en la Antártida, un lugar que según las estimaciones de los cientificos en donde no hay precipitaciones desde hace más de catorce millones de años.
Con una extensión de 4800 km2, los valles secos de la región de McMurdo son unos de los lugares más inhóspitos no solo de continente antártico sino del planeta. Allí la cadena montañosa transantartica forman una especie de olla, propiciando que los vientos catabaticos que descienden de los glaciares de las altas montañas, con la alta velocidad que cobran las masas de aire seco que descienden hacen que sus partículas se cristalicen, y cuando tocan suelo a medida que aumenta la presión, la densidad de este aire, la velocidad con la que lleva y la diferencia de presión hacen que este aire se sublime (pasando de cristal a gaseoso), impidiendo que se formen procesos hidrológicos.
Esta bajísima (por no decir nula) condensación de nieve, hace de los valles secos de McMurdo la región más parecida a un paisaje de nuestro planeta vecino Marte. Las condiciones geográficas y meteorologicas suman todo un exótico cóctel de variables fisicoquímicas que impiden la formación de lluvia o asentamiento hidrográfico permanente. Hacia el año 2013 un equipo científico liderado por Rachel Valleta de la Universidad de Pennsylvania, logró determinar mediante la estimación de la abundancia del isotopo del elemento químico berilio 10 la aridez del terreno del sector de los valles secos de la región de McMurdo, a raíz de esto se logró determinar que en este sector las precipitaciones fueron casi nulas en más de 14 millones de años.
Foto que muestra el paisaje característico de los valles secos de la región de McMurdo.
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